La presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha expresado su firme oposición a la reforma de cobranza delegada que está en discusión en el Senado. Esta reforma permitiría a las instituciones financieras descontar directamente de la nómina de los trabajadores el pago de sus deudas. Sheinbaum subrayó que el salario de los trabajadores es "intocable" y que, en caso de que el Senado apruebe la reforma, el Ejecutivo la vetará.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum enfatizó que hay otras maneras para que los bancos recuperen sus créditos, pero no a través de descuentos obligatorios en la nómina. Su postura es respaldada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien también se mostró en contra de la reforma, argumentando que el salario es sagrado y esencial para el sustento de las familias.
Afirmando que el salario no debe ser embargado bajo ninguna circunstancia, López Obrador sugirió que ningún banco o institución financiera debe tener la facultad de apropiarse de la nómina de los trabajadores, y que el gobierno no debería facilitar tales prácticas.
La insistencia del partido Morena en revivir esta reforma ha generado críticas, y tanto Sheinbaum como López Obrador han dejado claro que no respaldarán esta medida, mostrando su compromiso en proteger el ingreso de los trabajadores.