La presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, dedicó la primera "mañanera del pueblo" a conmemorar el movimiento estudiantil de 1968, un evento que culminó en la trágica masacre de jóvenes en Tlatelolco por órdenes del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz. En esta sesión, se presentó un decreto y se ofreció una disculpa pública a los familiares de las víctimas.
Sheinbaum, quien se identificó como "hija del 68" debido a la participación de su madre en el movimiento, recordó la profunda herida que este suceso dejó en la sociedad mexicana. A pesar del dolor asociado, también destacó que el movimiento abrió las puertas a una mayor participación política entre los jóvenes y la población en general, contribuyendo a la lucha por un México más democrático.
Durante la conferencia, Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, compartió su testimonio y subrayó que la represión fue ordenada por Díaz Ordaz. Gómez mencionó que muchos de los jóvenes que eran considerados como provocadores fueron, en realidad, víctimas manipuladas por otros grupos. Además, hizo hincapié en la injusticia que sufrieron los presos políticos, que fueron criminalizados en el conflicto.
Sheinbaum describió los acontecimientos de 1968 como una de las mayores atrocidades de la segunda mitad del siglo XX en México, recordando que los estudiantes, que solo buscaban libertad y diálogo, fueron brutalmente atacados.