Ángel Camacho, un talentoso paratleta mexicano de 19 años, ha logrado un notable éxito en los Juegos Paralímpicos de París 2024, donde ganó tres medallas: una de plata y dos de bronce, convirtiéndose en el paratleta mexicano con más preseas en esta edición. Este logro se suma a su medalla de bronce obtenida en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
A pesar de sus impresionantes logros en la piscina, Ángel tuvo que superar sus propios miedos: cuando comenzó a aprender a nadar hace seis años, temía ahogarse. Hoy, el agua es su segundo hogar. Ángel nació con el Síndrome de Hanhart, una condición que provoca la falta de algunas extremidades y que en su caso se traduce en la ausencia de piernas y manos. Sin embargo, rodeado de una familia amorosa y solidaria, nunca se sintió menos.
Durante su niñez, disfrutó jugar con amigos y desarrollar su confianza personal. A pesar de ser consciente de su discapacidad, su familia siempre le transmitió un mensaje de que podía ser feliz y alcanzar sus metas. Desde una edad temprana, asistió a una fundación donde recibió terapia ocupacional y logró caminar por primera vez con prótesis a los tres años.
La determinación y apoyo de su familia han sido claves en su vida. Ángel recuerda cómo su madre lo alentó a usar sus prótesis a pesar de sus temores. Un cambio crucial en su vida ocurrió el 28 de diciembre de 2017, cuando su padre conoció a un hombre que practicaba natación adaptada. Siguiendo su recomendación, Ángel comenzó a nadar, una decisión que eventualmente lo llevaría a alcanzar el podio en competiciones internacionales.
Además de sus logros en la natación, Ángel también se ha destacado en el ámbito académico, estudiando expresión gráfica digital, donde combina su amor por el arte con su talento. Su historia es un ejemplo inspirador de superación y resiliencia en el deporte y en la vida.