La situación de violencia en Oaxaca ha alcanzado niveles alarmantes, evidenciada por las recientes ejecuciones de tres menores de edad, una mujer y un expresidente municipal. Esta serie de homicidios ha generado una fuerte reacción de la presidenta estatal del Partido Acción Nacional (PAN), Perla Woolrich Fernández, quien criticó al gobierno del gobernador Salomón Jara Cruz por su aparente falta de control y la incapacidad de garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Woolrich Fernández destacó la gravedad de la situación, subrayando que las familias están sufriendo y que la autoridad en el estado se ha debilitado. Su comentario irónico sobre la falta de defensores de los ciudadanos, comparándolo con el personaje de "El Chapulín Colorado", refleja una profunda frustración con la falta de acción del gobierno frente a la creciente inseguridad.
El secretario general del PAN, Sótero Santiago, también hizo eco de estas preocupaciones, señalando que la inseguridad es un problema grave, particularmente en el Istmo, donde varios homicidios han ocurrido en un solo día. Ambos líderes políticos exigieron al gobierno una respuesta más efectiva para abordar la violencia y proteger a la población, subrayando que no podemos normalizar tales tragédias en el estado.
Este contexto resalta un problema recurrente en varias regiones de México, donde la violencia y la percepción de impunidad afectan la vida cotidiana de los ciudadanos y la credibilidad de las autoridades. La exigencia de mayor seguridad y protección es un llamado urgente que proviene de la sociedad civil y de actores políticos en busca de un cambio en la situación actual.