Cuando nos hacemos una herida o alguna quemadura, la piel forma una especia de capa más gruesa y rugosa. A veces es inevitable no arrancarla pero hay muchas razones por la cual deberías evitar hacer esto.
Se forman al secarse algún tipo de secreción líquida que surja de la propia lesión, normalmente suero, sangre o pus, indica en una entrevista con Infosalus Vicente Manuel Leis Dosil, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología

AEDV

, y dermatólogo en clínica IDELIA

San Sebastián de los Reyes, Madrid

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Las costras son la forma que tiene nuestro cuerpo de proteger y ayudar a sanar las heridas. Cuando nos raspamos, rasguñamos o cortamos, las plaquetas intervienen, formando un coágulo, como una especie de pegamento y vendaje protector en la herida, evitando que la sangre u otros líquidos sigan fluyendo.
Conforme el coágulo se endurece y seca, se forma una costra, la cual sirve para proteger el corte o rasguño, manteniendo alejados a los gérmenes, suciedad o cualquier agente externo para que las células debajo puedan cicatrizar, según señala la Fundación Nemours.
Al arrancar la costra es más probable que tu herida quede con una cicatriz más visible, pues obligas a tu organismo a cicatrizar de forma directa en contacto con el exterior, según señalan especialistas.
Existen casos donde sí puede ser necesario quitar una costra, pero generalmente sucede en heridas grandes con mala evolución y bajo supervisión médica. Por lo tanto, salvo que tu doctor dé otra indicación, la recomendación es evitar arrancar la costra y mantener tu piel humectada para que sane y las costras caigan por sí mismas.
Si notas que tu herida está roja, caliente, hinchada, duele o drena algún líquido, acude con el doctora para una revisión y tratamiento, pues puede estar infectada.

Fuente: Salud180 https://www.salud180.com/salud-dia-a-dia/esto-es-lo-que-pasa-cuando-te-arrancas-una-costra-no-lo-hagas