El reconocimiento a los excombatientes de las FARC y del M-19 en Bogotá es un significativo acto que resalta los avances hacia la paz en Colombia. El evento, organizado por el gobierno de México y la Universidad Autónoma de Guerrero, subraya la importancia de la reincorporación de excombatientes a la vida civil y su fundamental rol en la construcción de una cultura de paz en contextos marcados por la violencia.
Patricia Ruiz Achondo, embajadora de México en Colombia, hizo hincapié en el compromiso político de estos excombatientes, quienes optaron por el camino legal y pacífico para expresar sus ideales. Este gesto también se extiende al presidente colombiano Gustavo Petro, quien, al haber sido parte de la guerrilla del M-19 y firmante del acuerdo de paz en 1990, simboliza la transformación de la lucha armada en participación política.
Durante el acto, que formó parte del Primer Encuentro Internacional de Procesos de Paz en América Latina y el Caribe, se reconoció también a las nuevas generaciones, como las hijas de líderes guerrilleros, destacando figuras como María José Pizarro, quien lleva en su legado la historia de su padre, Carlos Pizarro, asesinado tras dejar las armas y postularse a la presidencia.
Este tipo de condecoraciones no solo celebran el pasado, sino que también fomentan un futuro en el que el diálogo y la reconciliación prevalezcan en un país aún marcado por las secuelas de décadas de conflicto armado.