Política
Migrantes en Chiapas mantienen la esperanza pese a las amenazas de deportaciones masivas
La situación migratoria en la frontera sur de México es cada vez más complicada, con miles de migrantes que continúan su travesía en busca de mejores oportunidades en el norte. A pesar de los desafíos, como las amenazas de deportaciones masivas y la suspensión de citas para el programa CBP One, los migrantes mantienen la esperanza de que las políticas migratorias puedan cambiar a su favor.
El 20 de enero, coincidiendo con la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, unas 2,500 personas de diversas nacionalidades formaron una caravana que partió de Tapachula, con la meta de llegar a Estados Unidos. Muchos de ellos, como el venezolano José Ramón Parra, consideran que la situación en sus países de origen es crítica, y esperan poder encontrar una solución en su travesía, ya sea llegando a Estados Unidos o quedándose en México para trabajar.
Parra, a diferencia de otros migrantes que están dispuestos a arriesgarse a cruzar de manera ilegal, opta por esperar y cruzar de la manera más legal posible, señalando que es "mejor esperar" y que los esfuerzos deben ser encaminados hacia una entrada legal.
Recientemente, el Instituto Nacional de Migración de México intervino en otra caravana migrante, disolviéndola y proporcionando documentos de estancia temporal a los migrantes, trasladándolos a la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez. Esta situación refleja la complejidad y la continua dinámica de la migración en la región, donde la esperanza y la incertidumbre van de la mano.