Mente

Maíz, el oro de México

En México el maíz no solo representa la base de la alimentación de los habitantes, es un símbolo nacional muy importante en la identidad nacional. Desde nuestros ancestros el maíz ha sido parte fundamental de la vida cotidiana.
Desde mucho antes de la llegada de los colonizadores españoles al territorio mexicano, el maíz ya era la base de la alimentación y es que se tiene registro de la existencia de las tortillas, tostadas, tamales, tlacoyos y otros platillos con esta base con cambios muy mínimos.
El maíz como cultivo es un sistema dinámico y continuo. Su polinización es libre y hay movimiento o flujo de semilla por los agricultores año con año al mantener, intercambiar y experimentar con semilla propia o de otros vecinos de la misma localidad o de regiones distantes. A diferencia de las plantas silvestres, esto dificulta la distinción de unidades discretas para clasificar su diversidad.
En América Latina se han descrito cerca de 220 razas de maíz, de las cuales 64 29% se han identificado, y descrito en su mayoría para México.
De las 64 razas que se reportan para México, 59 se pueden considerar nativas y 5 que fueron descritas inicialmente en otras regiones Cubano Amarillo, del Caribe, y cuatro razas de Guatemala -Nal Tel de Altura, Serrano, Negro de Chimaltenango y Quicheño, pero que también se han colectado o reportado en el país.
Cuentan que antes de la llegada de Quetzalcóatl, los aztecas sólo comían raíces y animales que cazaban. No tenían maíz, pues este cereal tan alimenticio para ellos, estaba escondido detrás de las montañas. Los antiguos dioses intentaron separar las montañas con su colosal fuerza pero no lo lograron.
LEYENDA DEL SURGIMIENTO DEL MAÍZ
Los aztecas fueron a plantearle este problema a Quetzalcóatl. “Yo se los traeré”, les respondió el dios. Quetzalcóatl, el poderoso dios, no se esforzó en vano en separar las montañas con su fuerza, sino que empleó su astucia.
Se transformó en una hormiga negra y acompañado de una hormiga roja, marchó a las montañas. El camino estuvo lleno de dificultades, pero Quetzalcóatl las superó, pensando solamente en su pueblo y sus necesidades de alimentación. Hizo grandes esfuerzos y no se dio por vencido ante el cansancio y las dificultades.
Quetzalcóatl llegó hasta donde estaba el maíz, y como estaba transformado en hormiga, tomó un grano maduro entre sus mandíbulas y emprendió el regreso. Al llegar entregó el prometido grano de maíz a los hambrientos indígenas.
Los aztecas plantaron la semilla. Obtuvieron así el maíz que desde entonces sembraron y cosecharon. El preciado grano, aumentó sus riquezas, y se volvieron más fuertes, construyeron ciudades, palacios, templos…Y desde entonces vivieron felices.
Y a partir de ese momento, los aztecas veneraron al generoso Quetzalcóatl, el dios amigo de los hombres, el dios que les trajo el maíz.

Fuente: Mitos y Leyendas
https://mitosyleyendascr.com/mexico/la-leyenda-del-maiz/#:~:text=Cuentan%20que%20antes%20de%20la,fuerza%20pero%20 no%20lo%20 lograron

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