El sexenio de Andrés Manuel López Obrador ha sido descrito como el más violento en la historia reciente de México, con cifras alarmantes de homicidios y desapariciones. Desde diciembre de 2018 hasta octubre de 2024, se registraron 194,510 víctimas de asesinato y 53,566 víctimas de desaparición, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Los estados con las cifras más altas de homicidios incluyen a Guanajuato, Baja California, el Estado de México y Chihuahua, entre otros. A pesar de la estrategia de seguridad del gobierno federal, que ha enfatizado una política de "abrazos, no balazos", el país no ha logrado salir de la espiral de violencia iniciada con la guerra contra el narcotráfico en 2006.
La violencia homicida ha aumentado en varios estados, y las cifras de feminicidios también han sido preocupantes, especialmente en áreas como Morelos, Nuevo León, Michoacán, Sonora y Zacatecas. Al mismo tiempo, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) reveló que una gran parte de la población se siente insegura en sus ciudades.
En las primeras semanas de la administración de Claudia Sheinbaum, se presentaron varios eventos violentos, como conflictos entre grupos criminales, asesinatos de migrantes y autoridades, lo que subraya la difícil herencia de violencia que enfrenta su gobierno. Aunque en algunos estados la violencia homicida ha disminuido, la desaparición de personas sigue siendo una grave problemática, concentrándose en estados como el Estado de México, Michoacán, Sinaloa, Sonora y Zacatecas.