Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), enfrentó una difícil comparecencia ante senadores de las Comisiones Unidas de Derechos Humanos y Justicia, donde buscó ser re elegida para liderar el organismo autónomo. Durante casi dos horas, fue objeto de intensas críticas relacionadas con su llegada al cargo en 2019 sin la mayoría calificada en el Senado, su defensa de la militarización, la falta de acciones para interponer recursos de inconstitucionalidad, y su aparente dependencia de tarjetas informativas en lugar de responder con conocimiento profundo, a diferencia de otros aspirantes.
Los senadores, en su mayoría críticos, cuestionaron a Piedra Ibarra sobre su gestión y su intención de permanecer en el cargo, lo que contraviene las declaraciones de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. Durante la comparecencia, los presidentes de las comisiones, Celeste Asencio y Javier Corral, intervinieron en varias ocasiones para limitar el tiempo de intervención de los senadores y moderar las preguntas.
En esta ocasión, Piedra Ibarra fue la última de 18 contendientes a un cargo que fue convocado a concurso, aunque la activista Consuelo Morales no asistió. Vestida de negro y con una chamarra blanca, llegó al recinto antes de tiempo para exponer su defensa, centrándose en su compromiso con la "transformación" del CNDH bajo la Ley de Austeridad Republicana del presidente Andrés Manuel López Obrador, buscando consolidar un cambio que supere las legados de administraciones anteriores. Resaltó que su gestión ha generado el 50% de las recomendaciones emitidas desde que la CNDH fue declarada autónoma en el año 2000.