Pluralidad
Las instituciones de educación superior y los estudiantes con discapacidad en México
El propósito de este artículo, escrito por Miguel Ángel Casillas Alvarado y Rodolfo Cruz Vadillo, es observar cómo han reaccionado las universidades ante los estudiantes con discapacidad, por lo que expone una clasificación de los modelos existentes en las universidades públicas mexicanas. Para lo anterior, se emprendió una investigación con base en un análisis de contenido del trabajo que, en ese contexto, dicen realizar las universidades, de manera que la búsqueda de la información se llevó a cabo por medio de la revisión de las páginas web de las universidades públicas de toda la República Mexicana.
En Latinoamérica son varias las demandas que se han configurado para la atención a los alumnos con discapacidad en la educación superior. En 2006, México participó en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, convocada por la Organización de las Naciones Unidas ONU, que fue ratificada en el a˜no2008 durante el marco de la Segunda Reunión Binacional México-España sobre los Derechos delas Personas Discapacitadas en las Universidades, foro en el que se firmó a su vez la Declaración de Yucatán sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en las Universidades 2008.
La Declaración de Yucatán 2008 contempla, como una de sus principales consideraciones, la necesidad impostergable de promover y proteger en las universidades los derechos de las personas con discapacidad, garantizar la igualdad de oportunidades para ellas, y evitar que sean objeto de cualquier forma de exclusión. A pesar de ello, en la práctica, sólo un puñado de universidades públicas han incorporado elementos para atender esta política.
De un total de 53 universidades mexicanas revisadas, se encontró que solo en 12 de ellas se ofrecen acciones o programas de apoyo a los alumnos con discapacidad, los cuales no han sido iguales en cada caso; más bien podemos encontrar acciones fuertes en torno a una política específica y concreta, mientras que en el otro extremo aparecen solo iniciativas de inclusión, sin que por ello se pueda mencionar que la universidad es inclusiva e incluso accesible.
Consideramos que uno de los errores que se han cometido en la inclusión de alumnos con discapacidad ha sido pensar que en la educación superior se ha trabajado igual que en el resto de los niveles educativos. El problema está en la generalización, y todos ubicamos que el tema ha pasado de una educación especial segregadora a una educación inclusiva, sin percatarnos que ninguna de éstas se ha dado en el terreno de las Instituciones de Educación Superior IES como sí ha sucedido en la educación básica.
Desde una mirada analítica, podemos decir que las personas con discapacidad en la actualidad se han hecho visibles gracias al impulso de los grupos de la sociedad civil que ven a estos agentes como ciudadanos de derecho y portadores del mismo valor, además del propio reconocimiento de las leyes y políticas, que, mediante acciones positivas, mecanismos antidiscriminatorios y un cambio paradigmático han permitido brindar nuevas explicaciones y teorizar acerca de la discapacidad.
A pesar de lo mucho que hemos avanzado como país en cuestión de derechos humanos, es posible observar que cuando se trata de hacerlos efectivos con personas concretas, específicamente con sus estudiantes, las IES en México están reaccionando con demasiada lentitud. Solo algunas instituciones están haciendo el esfuerzo por transformarse, y su ejemplo debería ser reconocido por las autoridades federales e incluso utilizado por la ANUIES para generar políticas y propuestas de reforma institucional, y con ello hacer de la universidad un espacio donde todos los mexicanos encuentren posibilidades de educación y de desarrollo.
*Cruz Vadillo, R., & Casillas Alvarado, M. 2017. Las instituciones de educación superior y los estudiantes con discapacidad en México. Revista de la educación superior, 46181, 37–53. https://doi.org/10.1016/j.resu.2016.11.002
En Latinoamérica son varias las demandas que se han configurado para la atención a los alumnos con discapacidad en la educación superior. En 2006, México participó en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, convocada por la Organización de las Naciones Unidas ONU, que fue ratificada en el a˜no2008 durante el marco de la Segunda Reunión Binacional México-España sobre los Derechos delas Personas Discapacitadas en las Universidades, foro en el que se firmó a su vez la Declaración de Yucatán sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en las Universidades 2008.
La Declaración de Yucatán 2008 contempla, como una de sus principales consideraciones, la necesidad impostergable de promover y proteger en las universidades los derechos de las personas con discapacidad, garantizar la igualdad de oportunidades para ellas, y evitar que sean objeto de cualquier forma de exclusión. A pesar de ello, en la práctica, sólo un puñado de universidades públicas han incorporado elementos para atender esta política.
De un total de 53 universidades mexicanas revisadas, se encontró que solo en 12 de ellas se ofrecen acciones o programas de apoyo a los alumnos con discapacidad, los cuales no han sido iguales en cada caso; más bien podemos encontrar acciones fuertes en torno a una política específica y concreta, mientras que en el otro extremo aparecen solo iniciativas de inclusión, sin que por ello se pueda mencionar que la universidad es inclusiva e incluso accesible.
Consideramos que uno de los errores que se han cometido en la inclusión de alumnos con discapacidad ha sido pensar que en la educación superior se ha trabajado igual que en el resto de los niveles educativos. El problema está en la generalización, y todos ubicamos que el tema ha pasado de una educación especial segregadora a una educación inclusiva, sin percatarnos que ninguna de éstas se ha dado en el terreno de las Instituciones de Educación Superior IES como sí ha sucedido en la educación básica.
Desde una mirada analítica, podemos decir que las personas con discapacidad en la actualidad se han hecho visibles gracias al impulso de los grupos de la sociedad civil que ven a estos agentes como ciudadanos de derecho y portadores del mismo valor, además del propio reconocimiento de las leyes y políticas, que, mediante acciones positivas, mecanismos antidiscriminatorios y un cambio paradigmático han permitido brindar nuevas explicaciones y teorizar acerca de la discapacidad.
A pesar de lo mucho que hemos avanzado como país en cuestión de derechos humanos, es posible observar que cuando se trata de hacerlos efectivos con personas concretas, específicamente con sus estudiantes, las IES en México están reaccionando con demasiada lentitud. Solo algunas instituciones están haciendo el esfuerzo por transformarse, y su ejemplo debería ser reconocido por las autoridades federales e incluso utilizado por la ANUIES para generar políticas y propuestas de reforma institucional, y con ello hacer de la universidad un espacio donde todos los mexicanos encuentren posibilidades de educación y de desarrollo.
*Cruz Vadillo, R., & Casillas Alvarado, M. 2017. Las instituciones de educación superior y los estudiantes con discapacidad en México. Revista de la educación superior, 46181, 37–53. https://doi.org/10.1016/j.resu.2016.11.002
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