Pluralidad
La práctica hacia un feminismo hecho y derecho
A Rebeca Ramos fue su profesor de filosofía del derecho quien comenzó a despertarle el interés por el feminismo.
La abuela y la madre de Rebeca Ramos, directora del Grupo de Información en Reproducción Elegida GIRE, no se reivindican como feministas. “Creo que lo ven como un tema generacional, como que a mí me tocó ser feminista porque es algo de esta época. Tienen esta visión del feminismo de mujeres más echadas para adelante, aunque ellas fueron echadas para adelante en sus contextos”. Y lo fueron. Y criaron a una feminista hecha y derecha.
La abuela y la madre de Rebeca Ramos tuvieron plena confianza en ella, y la dejaron ser. Su abuelo materno, a quien no conoció, fue una figura presente porque fue dueño de una librería de viejo. Su hija, la madre de Rebeca Ramos, fue maestra de primaria, y le enseñó a amar los libros.
“Soy incapaz de subrayar un libro”. También a ver por sí misma, a ser independiente. “Para ella la meta en la vida era tener una profesión, trabajar y hacerte cargo”.
Rebeca Ramos tenía una hermana menor. Cinco años menor. A los 25, murió de un cáncer sumamente agresivo, sarcoma de tejido blanco, que se alojó por detrás de una costilla. Era muy difícil detectarlo en una exploración física. Ese tipo de cáncer provoca dolor cuando ya está muy avanzado.
Cuando los médicos lo descubrieron, ya había hecho metástasis en los pulmones. “Fueron meses terribles, de mucho dolor. Sin duda ha sido la experiencia más difícil en mi vida. Mi hermana y yo teníamos una relación muy cercana, de mucha complicidad, mucho amor y respeto. Nos dejó un ejemplo de fortaleza y valentía. Esa experiencia de vida me ayuda un montón, me recuerda que puedo afrontar cualquier situación”.
Aunque uno de sus tíos es abogado, Rebeca Ramos estudió derecho por otras razones, ajenas a su influencia. En principio, mientras terminaba sus estudios medios en el Colegio Anglo Español coqueteó un poco con administración y negocios internacionales, pero presentó el examen de ingreso de la UNAM para arquitectura. Cuando derecho cruzó por su mente, un compañero de la preparatoria le dijo que la Libre de Derecho era la mejor, pero que seguramente no la hubieran aceptado. “Me picó el orgullo. Por amor propio fui a hacer una entrevista y me quedé”.
-No me digas que te formaste como feminista en la Libre…
-No, la verdad es que en la Libre pasaban algunas cosas terribles y algunos profesores hacían unos comentarios que te querías morir de lo machos. La mayoría era de maestros varones, y alguno de ellos nos dijo el primer año de la carrera que nosotras, las mujeres, teníamos que aprender a pensar como hombres si es que pretendíamos ser buenas abogadas. Pero con todo y esos episodios desagradables, la disfruté muchísimo. Entonces, yo para nada me ubicaba como feminista, nunca había leído nada de feminismo. Lo que yo tenía eran las figuras fuertes de mi familia, como mi madre que toda la vida trabajó fuera de la casa.
Fue su profesor de filosofía del derecho quien comenzó a despertarle el interés por el feminismo a Rebeca Ramos, sobre todo después de que se discutía acaloradamente la despenalización del aborto en la Ciudad de México. “De manera coyuntural, pero ahí como que se empezó a prender el tema del feminismo en mí, aunque mi verdadero aprendizaje del feminismo se dio en la práctica”.
Al titularse, Rebeca Ramos trabajó en el Congreso de la Unión. Mientras se deliberaba acerca del futuro de la reforma del Estado, presenció discusiones sobre la reforma en materia de derechos humanos. Como parte de las mesas previstas para abordar cada uno de los asuntos, había diversas organizaciones de la sociedad civil, entre ellas GIRE.
“Me enteré y comprendí la parte más práctica de los derechos humanos, y muy en específico del feminismo, a través de GIRE, y en segundo término de las Católicas por el Derecho a Decidir”.
Ramos estudió una maestría en derechos humanos en la Universidad Iberoamericana, y en 2011 una conocida le compartió una convocatoria de reclutamiento de GIRE, que hoy dirige y donde está cerca de cumplir 10 años. “Definitivamente soy producto de GIRE. Ahí es donde me he desarrollado en lo profesional”.
Empezó como investigadora jurídica. Rebeca Ramos redactaba los informes que la organización publica desde 2013 sobre la situación de los derechos reproductivos. Unos años más adelante, a principios de 2015, se desempeñó como coordinadora del área de Investigación y después del área de Incidencia en Políticas Públicas, que fue el área donde desarrolló el conocimiento y la experiencia que había adquirido en su paso por el Congreso.
Cuando la directora anterior, Regina Tamés, anunció su salida, la Asamblea Consultiva de GIRE le ofreció la dirección ejecutiva. Algunos de sus planes tuvieron que posponerse debido a la pandemia, pero GIRE convocó a un observatorio de género y Covid y ha abordado diversas temáticas y novedades, además de los derechos reproductivos, como género, migración y problemática de las personas trans.
“La confianza por parte de la asamblea para dirigir la organización a partir del año pasado ha sido muy importante para mí. Valoraron mis capacidades y me hicieron sentir esa confianza tal cual me la hicieron sentir los miembros de mi familia en mi infancia, y eso me da un montón de seguridad.
“GIRE es un espacio que aprecio muchísimo. En los momentos más duros y más difíciles como lo fue la enfermedad y la muerte de mi hermana, funcionó como un ancla para mí en términos de vida, como un soporte. Mi vida entera se estaba moviendo pero tenía este lugar seguro de donde sujetarme”.
Columna de El Financiero Imagen: Rebeca Ramos, abogada feminista. Ismael Ángeles
La abuela y la madre de Rebeca Ramos, directora del Grupo de Información en Reproducción Elegida GIRE, no se reivindican como feministas. “Creo que lo ven como un tema generacional, como que a mí me tocó ser feminista porque es algo de esta época. Tienen esta visión del feminismo de mujeres más echadas para adelante, aunque ellas fueron echadas para adelante en sus contextos”. Y lo fueron. Y criaron a una feminista hecha y derecha.
La abuela y la madre de Rebeca Ramos tuvieron plena confianza en ella, y la dejaron ser. Su abuelo materno, a quien no conoció, fue una figura presente porque fue dueño de una librería de viejo. Su hija, la madre de Rebeca Ramos, fue maestra de primaria, y le enseñó a amar los libros.
“Soy incapaz de subrayar un libro”. También a ver por sí misma, a ser independiente. “Para ella la meta en la vida era tener una profesión, trabajar y hacerte cargo”.
Rebeca Ramos tenía una hermana menor. Cinco años menor. A los 25, murió de un cáncer sumamente agresivo, sarcoma de tejido blanco, que se alojó por detrás de una costilla. Era muy difícil detectarlo en una exploración física. Ese tipo de cáncer provoca dolor cuando ya está muy avanzado.
Cuando los médicos lo descubrieron, ya había hecho metástasis en los pulmones. “Fueron meses terribles, de mucho dolor. Sin duda ha sido la experiencia más difícil en mi vida. Mi hermana y yo teníamos una relación muy cercana, de mucha complicidad, mucho amor y respeto. Nos dejó un ejemplo de fortaleza y valentía. Esa experiencia de vida me ayuda un montón, me recuerda que puedo afrontar cualquier situación”.
Aunque uno de sus tíos es abogado, Rebeca Ramos estudió derecho por otras razones, ajenas a su influencia. En principio, mientras terminaba sus estudios medios en el Colegio Anglo Español coqueteó un poco con administración y negocios internacionales, pero presentó el examen de ingreso de la UNAM para arquitectura. Cuando derecho cruzó por su mente, un compañero de la preparatoria le dijo que la Libre de Derecho era la mejor, pero que seguramente no la hubieran aceptado. “Me picó el orgullo. Por amor propio fui a hacer una entrevista y me quedé”.
-No me digas que te formaste como feminista en la Libre…
-No, la verdad es que en la Libre pasaban algunas cosas terribles y algunos profesores hacían unos comentarios que te querías morir de lo machos. La mayoría era de maestros varones, y alguno de ellos nos dijo el primer año de la carrera que nosotras, las mujeres, teníamos que aprender a pensar como hombres si es que pretendíamos ser buenas abogadas. Pero con todo y esos episodios desagradables, la disfruté muchísimo. Entonces, yo para nada me ubicaba como feminista, nunca había leído nada de feminismo. Lo que yo tenía eran las figuras fuertes de mi familia, como mi madre que toda la vida trabajó fuera de la casa.
Fue su profesor de filosofía del derecho quien comenzó a despertarle el interés por el feminismo a Rebeca Ramos, sobre todo después de que se discutía acaloradamente la despenalización del aborto en la Ciudad de México. “De manera coyuntural, pero ahí como que se empezó a prender el tema del feminismo en mí, aunque mi verdadero aprendizaje del feminismo se dio en la práctica”.
Al titularse, Rebeca Ramos trabajó en el Congreso de la Unión. Mientras se deliberaba acerca del futuro de la reforma del Estado, presenció discusiones sobre la reforma en materia de derechos humanos. Como parte de las mesas previstas para abordar cada uno de los asuntos, había diversas organizaciones de la sociedad civil, entre ellas GIRE.
“Me enteré y comprendí la parte más práctica de los derechos humanos, y muy en específico del feminismo, a través de GIRE, y en segundo término de las Católicas por el Derecho a Decidir”.
Ramos estudió una maestría en derechos humanos en la Universidad Iberoamericana, y en 2011 una conocida le compartió una convocatoria de reclutamiento de GIRE, que hoy dirige y donde está cerca de cumplir 10 años. “Definitivamente soy producto de GIRE. Ahí es donde me he desarrollado en lo profesional”.
Empezó como investigadora jurídica. Rebeca Ramos redactaba los informes que la organización publica desde 2013 sobre la situación de los derechos reproductivos. Unos años más adelante, a principios de 2015, se desempeñó como coordinadora del área de Investigación y después del área de Incidencia en Políticas Públicas, que fue el área donde desarrolló el conocimiento y la experiencia que había adquirido en su paso por el Congreso.
Cuando la directora anterior, Regina Tamés, anunció su salida, la Asamblea Consultiva de GIRE le ofreció la dirección ejecutiva. Algunos de sus planes tuvieron que posponerse debido a la pandemia, pero GIRE convocó a un observatorio de género y Covid y ha abordado diversas temáticas y novedades, además de los derechos reproductivos, como género, migración y problemática de las personas trans.
“La confianza por parte de la asamblea para dirigir la organización a partir del año pasado ha sido muy importante para mí. Valoraron mis capacidades y me hicieron sentir esa confianza tal cual me la hicieron sentir los miembros de mi familia en mi infancia, y eso me da un montón de seguridad.
“GIRE es un espacio que aprecio muchísimo. En los momentos más duros y más difíciles como lo fue la enfermedad y la muerte de mi hermana, funcionó como un ancla para mí en términos de vida, como un soporte. Mi vida entera se estaba moviendo pero tenía este lugar seguro de donde sujetarme”.
Columna de El Financiero Imagen: Rebeca Ramos, abogada feminista. Ismael Ángeles
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