La epilepsia es una condición neurológica que puede tener un significativo impacto en la vida de los niños y sus familias, pero también es un área donde la prevención y el diagnóstico temprano pueden hacer una gran diferencia. Según el Dr. José Mariel Pérez Ramírez, del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, se estima que hasta un 40% de los casos de epilepsia en niños podrían ser prevenibles con el seguimiento adecuado y tratamiento desde el nacimiento.
En el contexto del Día Internacional de la Epilepsia, es importante subrayar la necesidad de que los padres mantengan un esquema de atención regular con el pediatra, no solo durante las vacunaciones. El especialista señala que a menudo los padres no llevan a sus hijos al médico de forma regular una vez que pasan la etapa de vacunación inicial, lo que puede retrasar el diagnóstico y tratamiento de condiciones como la epilepsia. Esto es crítico, ya que los síntomas pueden no ser evidentes al principio y, sin atención, el diagnóstico podría retrasarse uno o dos años.
La enfermedad se manifiesta principalmente con crisis o ataques causados por descargas neuronales desordenadas en el cerebro. Aunque puede aparecer a cualquier edad, es particularmente común en la infancia y adolescencia, representando el 75% de los casos. Los síntomas pueden variar desde episodios de pérdida de conciencia y temblores, hasta signos menos evidentes como la mirada perdida o sensaciones inusuales en el cuerpo.
Es crucial que tanto los padres como los cuidadores estén informados sobre los signos de la epilepsia y busquen atención médica si observan comportamientos o síntomas inusuales en los niños. Con un manejo adecuado, es posible mejorar la calidad de vida de los niños con epilepsia y, en muchos casos, evitar que la enfermedad se desarrolle o empeore.