Madison Keys hizo historia al consagrarse campeona del Abierto de Australia, convirtiéndose en la mujer de mayor edad en ganar un Grand Slam por primera vez desde Flavia Pennetta en 2015. Tras un partido emocionante que duró dos horas y media, Keys venció a Aryna Sabalenka con un marcador de 6-3, 2-6, 7-5. A lo largo de su carrera, Keys había sentido la presión de cumplir con las expectativas puestas sobre ella desde joven, que la llevaron a dudar de su valía si no lograba conquistar un título de Grand Slam. Sin embargo, tras años de terapia, logró liberarse de esa carga emocional y encontrar confianza en su propio juego.
A los 29 años, Keys celebró su victoria al sostener el prestigioso trofeo de la Copa Memorial Daphne Akhurst, que representa un hito importante en su trayectoria como tenista. Su éxito en Melbourne marca un nuevo capítulo en su carrera, en la que ha demostrado que la perseverancia y la aceptación son claves para alcanzar los sueños, sin importar el tiempo que tome. Con esta victoria, se convierte en la mujer que ha necesitado más participaciones en torneos de Grand Slam para alzarse con el título, una estadística que resalta aún más la magnitud de su logro.