El empresario Jesús Vizcarra ha defendido su reputación en medio de controversias que lo vinculan con el crimen organizado, especialmente en relación con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha. Vizcarra afirmó que fue Rocha quien solicitó el uso de su empresa de taxis aéreos para un viaje a California el mismo día en que el político Melesio Cuén fue asesinado, y que esto ha provocado que lo asocien con la delincuencia.
En su carta, Vizcarra sostiene que su relación con el gobernador se basa en una amistad de larga data, comenzando cuando Rocha era rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y él presidía el patronato del Hospital Civil de Culiacán. Aclaró que su empresa no tiene vínculos con la delincuencia y rechazó las acusaciones que lo han perseguido durante más de dos décadas, señalando que estas han afectado su vida personal y profesional, así como a sus empleados y sus familias.
Estas declaraciones surgen en un contexto delicado, ya que el nombre de Rocha ha sido mencionado en relación con figuras relacionadas con el narcotráfico, lo que ha intensificado la atención mediática y pública en torno a su administración y las personas cercanas a él.