La situación en Chiapas, particularmente en municipios como Chicomuselo y Capitán Luis Ángel Vidal, ha alcanzado niveles alarmantes de violencia e inseguridad, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre y miedo entre la población. Rodrigo Aguilar Martínez, encargado de la Arquidiócesis de Tuxtla y obispo de San Cristóbal de las Casas, ha hecho un llamado urgente para que las autoridades reconozcan y atiendan esta crisis.
Durante una rueda de prensa, Aguilar Martínez subrayó que la jornada electoral extraordinaria en estas regiones no es representativa, puesto que muchas comunidades se encuentran en un estado de desplazamiento forzado, donde hasta un 80% de sus habitantes han tenido que huir debido a la violencia de los cárteles de la droga que disputan el control territorial. La situación es tan grave que se han reportado casos de secuestros de hombres jóvenes y adultos, quienes son obligados a unirse a las filas de los grupos criminales, convirtiéndose en víctimas de un sistema que perpetúa el sufrimiento y la muerte.
El obispo denunció un silencio cómplice de las autoridades que han fallado en brindar protección a los ciudadanos y pidió un compromiso real para crear condiciones de paz. En respuesta a la crisis humanitaria, se ha organizado un acopio de víveres para apoyar a las familias desplazadas, evidenciando la solidaridad de la comunidad y la Iglesia ante la falta de intervención efectiva por parte del gobierno.
Aguilar Martínez instó a las fuerzas de seguridad y a los gobiernos federal y estatal a actuar con urgencia para restaurar la seguridad en las áreas afectadas, manifestando la necesidad de escuchar el clamor de quienes sufren las consecuencias de la violencia y el crimen organizado.