La situación que se vivió el pasado 26 de abril en el estadio Miguel Alemán, tras la eliminación del Celaya en los cuartos de final de la Liga Expansión, resalta la tensión que se puede generar entre los aficionados y las fuerzas de seguridad en momentos de frustración y desencanto. La reacción de la afición al invadir la cancha y confrontar a la policía y guardias de seguridad muestra el grado de descontento por el desempeño del equipo.
La amenaza con un arma por parte de un elemento de seguridad durante el altercado es particularmente preocupante, ya que pone en riesgo la seguridad de todos los presentes. El hecho de que la afición respondiera con violencia, golpeando al elemento de seguridad, también enfatiza la escalada de las tensiones en el momento.
La declaración del Celaya condenando los hechos y aclarando su política interna sobre el uso de armas de fuego subraya la necesidad de mantener el orden y la seguridad en estos eventos deportivos, así como la responsabilidad de garantizar un ambiente seguro para aficionados y personal.
Es importante que las autoridades y las instituciones deportivas trabajen en conjunto para prevenir situaciones de este tipo, fomentando un ambiente de respeto tanto en el campo como en las gradas. La violencia no debe ser parte del deporte y es fundamental que se tomen medidas para evitar que este tipo de incidentes se repitan en el futuro.