El altercado entre la saxofonista María Elena Ríos Ortiz y Andrea Ramos Gómez ha generado un gran revuelo en redes sociales y ha escalado a un conflicto político en Oaxaca. El incidente se produjo en el hospital Reforma, donde Ríos se encontraba para protestar contra la decisión de liberar a su agresor, Juan Antonio Vega Carrizal, quien la atacó con ácido en 2019.
Ríos ha denunciado que, durante su presencia en el hospital, fue agredida por Andrea Ramos, a quien acusa de estar vinculada a Vega Carrizal y de haberla hostigado previamente. El video que circuló en redes, mostrando a Ríos golpeando a Ramos, carecía de contexto y provocó una fuerte campaña de odio hacia la saxofonista, quien ya había sido víctima de violencia de género.
Además, el comentario del funcionario Geovany Vásquez Sagrero, quien minimizó la situación al afirmar que la condición de víctima de Ríos no justificaba su comportamiento, añadió una capa más al debate, sacando a relucir temas relacionados con la victimización y el tratamiento de las mujeres en el contexto de la violencia de género en México.
Tanto Ríos como Ramos han tomado acciones legales entre sí, con Ramos presentando una denuncia por las lesiones sufridas durante el altercado. Esta situación ha resaltado no solo las secuelas de la violencia de género, sino también la complejidad de las dinámicas sociales y políticas que rodean a las víctimas en su lucha por justicia.