Andrés Manuel López Obrador (AMLO) mostró irritación ante la pregunta relacionada con la posibilidad de que su hijo, Andrés Manuel López Beltrán, pudiera ser candidato a la presidencia en el futuro. En su respuesta, calificó la pregunta como "futurismo corriente, barato, vulgar", sugiriendo que era prematuro y poco serio especular sobre un posible legado político familiar.
AMLO enfatizó que cada persona debe labrar su propio camino y destino, y criticó a la revista Proceso, sugiriendo que había perdido su prestigio y se había vuelto amarillista en su cobertura, en especial en lo que respecta a su administración. Su reacción parece reflejar una desconfianza hacia los medios y un deseo de que su legado político no se interpretara en términos de nepotismo o continuidad dinástica.
Además, parece haber intentado desviar la atención hacia un enfoque más positivo, dado que esta conferencia se llevaría a cabo antes de una celebración que marcaba una transición en su administración. La interacción resalta la compleja relación que tiene AMLO con la prensa y cómo percibe las preguntas sobre su familia y su legado político.