Lamentablemente, el ataque violento que llevó a la muerte del niño Alexander de 9 años en Culiacán es un trágico reflejo de la situación de inseguridad que enfrenta el estado de Sinaloa. El suceso se presentó durante un ataque armado en el que también perdieron la vida su padre, Antonio, y su hermano, Gael. Las heridas sufridas por los demás involucrados, incluido el primo Adolfo, subrayan la grave crisis de violencia que existe en la región.
El secretario general de gobierno de Sinaloa, Feliciano Castro, reconoció la magnitud del problema y enfatizó que la inseguridad no se ha superado, a pesar de los esfuerzos y estrategias implementadas para combatirla. Durante su declaración, indicó que es un desafío que ha existido por un tiempo prolongado y que los gobiernos están trabajando para enfrentar con seriedad y sin minimizar su impacto en la sociedad.
Este tipo de incidentes resalta la profunda preocupación sobre la seguridad en México y el impacto que la violencia tiene en las familias y comunidades. La muerte de niños inocentes en tales circunstancias genera un llamado urgente a la acción para abordar las raíces de este problema y proteger a la población civil.