ETIQUETADO DE ALIMENTOS Y SANA ALIMENTACIÓN
El 1 de octubre del año 2020 entró en vigor el nuevo etiquetado de los alimentos nuestro país, la cual implicó una reforma muy importante a la Ley General de Salud y a la Norma Oficial Mexicana NOM 051 con el objetivo de proteger la salud de los consumidores, en particular informando sobre el contenido de nutrimentos críticos e ingredientes que representan un riesgo para la salud de la población.
En esta lógica se han incorporado 5 sellos frontales octagonales en el empacado de los productos que sustituyen el anterior etiquetado conocido como GDA. Estos 5 sellos son:
1. CALORIAS
2. SODIO
3. GRASAS TRANS
4. AZUCARES
5. GRASAS SATURADAS
Además, el etiquetado comprende 2 leyendas precautorias orientadas a evitar el consuno de las niñas y niños de alimentos con cafeína y edulcorantes.
La NOM también prohíbe el uso en los empaques de personajes infantiles, personajes deportivos, mascotas, etc., que inciten su consumo por parte de la niñez.
Son dos las instituciones que tienen un papel muy importante en la vigilancia e implementación de este programa, cuya instrumentación está prevista en 3 fases: la COFEPRIS, dependiente de la Secretaría de Salud, y la PROFECO.
Cosas que todas y todos deberíamos saber sin ser médicos para entender el tema del etiquetado y la sana alimentación son las siguientes:
1. Existen 4 tipos de grasas: 1 las gradas saturadas que son las que elevan el llamado colesterol malo LDL que afecta las arterias y provoca enfermedades cardiovasculares que se ubica en alimentos como el tocino, la mantequillas, los embutidos, lácteos enteros, aceites de palma y coco, etc.; 2 las grasas trans que son aquellas que se producen por el tratamiento industrial de los alimentos como en los aceites de coco y palma que son prácticamente inexistentes de forma natural en los alimentos, y también aumentan el colesterol LDL;3 las grasas monoinsaturadas que son las grasas de consumo preferible que elevan el llamado colesterol bueno HDL que se ubican en los aceites de oliva y aguacate y los frutos secos; y 4 las grasas poliinsaturadas que se encuentran en aceites de semillas como el girasol, la soja y el maíz, en los frutos secos y en los pescados, el Omega 3 pertenece a este tipo de grasas.
2. El sodio en un elemento vital para las funciones del organismo y el equilibrio en los líquidos, nuestros riñones controlan la cantidad de sodio en el cuerpo, cuando comemos en exceso sodio se acumula en la sangre y se generan problemas de presión arterial alta.
3. Los azucares son nuestra principal fuerte de energía y no tienen una función nutricional, se ubican principalmente como hidratos de carbono. Los azucares simples se presentan de forma natural en los alimentos como las frutas, la leche, la miel tales como la glucosa, fructosa, sacarosa, lactosa, etc., pero existen otro tipo de azucares que añadimos en diversos alimentos como cereales, refrescos, pan, chocolates, etc., que se consumen en exceso.
4. Todos los alimentos aportan calorías, es decir, la energía que requerimos para vivir, de acuerdo con nuestra edad y tipo de vida tenemos diversos requerimientos de ingesta de calorías, los problemas son que una ingesta en exceso de calorías que se transforma en grasas y en obesidad, y una ingesta baja de calorías hace que el cuerpo consuma las grasas y las proteínas para obtener la energía generando una disminución de peso y masa muscular.
Ahora bien, es muy relevante preguntarse por qué es tan importante este tema, por qué debemos considerarlo de interés público, y debe ser lo más accesible posible para el conjunto de la población que no somos médicos ni nutriólogos. Las respuestas son muy claras: México padece graves problemas de salud pública derivadas de una mal mala alimentación y de la imposición de los modelos de consumo hoy imperantes; la actual pandemia de COVID 19 ha dejado en evidencia este hecho y los graves riesgos que implica para la población que ha sido afectado por el coronavirus, llamadas factores de comorbilidad.
El 73% de las defunciones por COVID 19 en el país han estado asociadas a comorbilidades:
43% a hipertensión
37% a diabetes
25% a obesidad
8% a tabaquismo
De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2018 la población de 20 años o más que padece diabetes paso del 9.2% en 2012 con 6.4 millones de personas, al 10.3% en 2018 con 8.6 millones de personas.
En el caso de la hipertensión pasamos del 16.6% en 2012 con 9.3 millones de enfermos, al 18.4% con 15.2 millones 3n 2018. En lo que se refiere al colesterol y los triglicéridos pasó del 37 al 32.7% de la población con niveles normales, y la población con niveles altos pasó del 13 al 19.5% entre 2012 y 2018.
En lo que se refiere el tema de la obesidad la misma encuesta nos indica que en 2018 el 76.8% de las mujeres y el 73% de los hombres con 20 años o más de edad padece sobrepeso y obesidad en el país.
En el caso de las niñas y niños de 5 a 11 años el 35.6% padece sobrepeso u obesidad; y en los adolescentes y jóvenes entre los 12 y los 19 años el porcentaje fue del 35.8% en el 2018.
Una buena parte de nuestra salud está fincada en lo que comemos, es muy importante contar con infraestructura médica suficiente y de calidad, con acceso universal y gratuito para todas y todos como lo establece el artículo 4 constitucional, pero es igual de importante comer de manera sana y adecuada para garantizar la salud y prevenir muchas de las enfermedades que afectan a las y los mexicanos, además de combatir el sedentarismo y promover la activación física de toda la población.
Por tanto, es necesario llevar a la práctica lo establecido en la NOM 43 que establece el famoso Plato del Buen Comer, el cual clasifica los alimentos en tres grandes grupos:
1. Frutas y verduras
2. Cereales y tubérculos
3. Leguminosas y alimentos de origen animal
Los tres grupos de alimentos son necesarios para una sana alimentación, las cantidades y proporciones deben variar de acuerdo con nuestra edad, actividad, etc. La recomendación de la N0M 043 es comer en gran medida frutas y verduras con cáscara, cereales integrales, alimentos de origen animal con moderación, evitar azúcares, grasas, aceites, edulcorantes y sal, hacer 3 comidas al día y 2 colaciones y hacer ejercicio diario por 30 minutos.
Garantizar la salud y cambiar los hábitos alimenticios no es fácil, la actual pandemia de COVID 19 también nos obliga a reflexionar sobre este tema. La información y la educación es fundamental. Las políticas públicas, las estrategias de comunicación públicas y los planes educativos en todos los niveles tienen que incorporar el tema de la sana alimentación, este debe ser, sin lugar a duda, un eje central del proceso de transformación del país. No es un tema neutral, hemos visto las resistencias de las grandes industrias de la alimentación al tema del etiquetado, les importan más las ganancias que la salud de la población.
La gente es libre, pero la libertad se debe ejercer con conocimiento y conciencia, la decisión final sobre qué y cómo comemos es de los ciudadanos. Lo ideal sería que en cada familia se cuente con una estrategia de alimentación, activación física, y prevención de otros temas de salud pública como el tabaquismo y el alcoholismo.
El Estado tienen la obligación de garantizar los derechos a la alimentación y a la salud y hacer prevalecer el interés público, en esta lógica, creo que debemos seguir trabajando ya que la salud es el bien más preciado que tenemos para disfrutar de una vida plena.
En esta lógica se han incorporado 5 sellos frontales octagonales en el empacado de los productos que sustituyen el anterior etiquetado conocido como GDA. Estos 5 sellos son:
1. CALORIAS
2. SODIO
3. GRASAS TRANS
4. AZUCARES
5. GRASAS SATURADAS
Además, el etiquetado comprende 2 leyendas precautorias orientadas a evitar el consuno de las niñas y niños de alimentos con cafeína y edulcorantes.
La NOM también prohíbe el uso en los empaques de personajes infantiles, personajes deportivos, mascotas, etc., que inciten su consumo por parte de la niñez.
Son dos las instituciones que tienen un papel muy importante en la vigilancia e implementación de este programa, cuya instrumentación está prevista en 3 fases: la COFEPRIS, dependiente de la Secretaría de Salud, y la PROFECO.
Cosas que todas y todos deberíamos saber sin ser médicos para entender el tema del etiquetado y la sana alimentación son las siguientes:
1. Existen 4 tipos de grasas: 1 las gradas saturadas que son las que elevan el llamado colesterol malo LDL que afecta las arterias y provoca enfermedades cardiovasculares que se ubica en alimentos como el tocino, la mantequillas, los embutidos, lácteos enteros, aceites de palma y coco, etc.; 2 las grasas trans que son aquellas que se producen por el tratamiento industrial de los alimentos como en los aceites de coco y palma que son prácticamente inexistentes de forma natural en los alimentos, y también aumentan el colesterol LDL;3 las grasas monoinsaturadas que son las grasas de consumo preferible que elevan el llamado colesterol bueno HDL que se ubican en los aceites de oliva y aguacate y los frutos secos; y 4 las grasas poliinsaturadas que se encuentran en aceites de semillas como el girasol, la soja y el maíz, en los frutos secos y en los pescados, el Omega 3 pertenece a este tipo de grasas.
2. El sodio en un elemento vital para las funciones del organismo y el equilibrio en los líquidos, nuestros riñones controlan la cantidad de sodio en el cuerpo, cuando comemos en exceso sodio se acumula en la sangre y se generan problemas de presión arterial alta.
3. Los azucares son nuestra principal fuerte de energía y no tienen una función nutricional, se ubican principalmente como hidratos de carbono. Los azucares simples se presentan de forma natural en los alimentos como las frutas, la leche, la miel tales como la glucosa, fructosa, sacarosa, lactosa, etc., pero existen otro tipo de azucares que añadimos en diversos alimentos como cereales, refrescos, pan, chocolates, etc., que se consumen en exceso.
4. Todos los alimentos aportan calorías, es decir, la energía que requerimos para vivir, de acuerdo con nuestra edad y tipo de vida tenemos diversos requerimientos de ingesta de calorías, los problemas son que una ingesta en exceso de calorías que se transforma en grasas y en obesidad, y una ingesta baja de calorías hace que el cuerpo consuma las grasas y las proteínas para obtener la energía generando una disminución de peso y masa muscular.
Ahora bien, es muy relevante preguntarse por qué es tan importante este tema, por qué debemos considerarlo de interés público, y debe ser lo más accesible posible para el conjunto de la población que no somos médicos ni nutriólogos. Las respuestas son muy claras: México padece graves problemas de salud pública derivadas de una mal mala alimentación y de la imposición de los modelos de consumo hoy imperantes; la actual pandemia de COVID 19 ha dejado en evidencia este hecho y los graves riesgos que implica para la población que ha sido afectado por el coronavirus, llamadas factores de comorbilidad.
El 73% de las defunciones por COVID 19 en el país han estado asociadas a comorbilidades:
43% a hipertensión
37% a diabetes
25% a obesidad
8% a tabaquismo
De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2018 la población de 20 años o más que padece diabetes paso del 9.2% en 2012 con 6.4 millones de personas, al 10.3% en 2018 con 8.6 millones de personas.
En el caso de la hipertensión pasamos del 16.6% en 2012 con 9.3 millones de enfermos, al 18.4% con 15.2 millones 3n 2018. En lo que se refiere al colesterol y los triglicéridos pasó del 37 al 32.7% de la población con niveles normales, y la población con niveles altos pasó del 13 al 19.5% entre 2012 y 2018.
En lo que se refiere el tema de la obesidad la misma encuesta nos indica que en 2018 el 76.8% de las mujeres y el 73% de los hombres con 20 años o más de edad padece sobrepeso y obesidad en el país.
En el caso de las niñas y niños de 5 a 11 años el 35.6% padece sobrepeso u obesidad; y en los adolescentes y jóvenes entre los 12 y los 19 años el porcentaje fue del 35.8% en el 2018.
Una buena parte de nuestra salud está fincada en lo que comemos, es muy importante contar con infraestructura médica suficiente y de calidad, con acceso universal y gratuito para todas y todos como lo establece el artículo 4 constitucional, pero es igual de importante comer de manera sana y adecuada para garantizar la salud y prevenir muchas de las enfermedades que afectan a las y los mexicanos, además de combatir el sedentarismo y promover la activación física de toda la población.
Por tanto, es necesario llevar a la práctica lo establecido en la NOM 43 que establece el famoso Plato del Buen Comer, el cual clasifica los alimentos en tres grandes grupos:
1. Frutas y verduras
2. Cereales y tubérculos
3. Leguminosas y alimentos de origen animal
Los tres grupos de alimentos son necesarios para una sana alimentación, las cantidades y proporciones deben variar de acuerdo con nuestra edad, actividad, etc. La recomendación de la N0M 043 es comer en gran medida frutas y verduras con cáscara, cereales integrales, alimentos de origen animal con moderación, evitar azúcares, grasas, aceites, edulcorantes y sal, hacer 3 comidas al día y 2 colaciones y hacer ejercicio diario por 30 minutos.
Garantizar la salud y cambiar los hábitos alimenticios no es fácil, la actual pandemia de COVID 19 también nos obliga a reflexionar sobre este tema. La información y la educación es fundamental. Las políticas públicas, las estrategias de comunicación públicas y los planes educativos en todos los niveles tienen que incorporar el tema de la sana alimentación, este debe ser, sin lugar a duda, un eje central del proceso de transformación del país. No es un tema neutral, hemos visto las resistencias de las grandes industrias de la alimentación al tema del etiquetado, les importan más las ganancias que la salud de la población.
La gente es libre, pero la libertad se debe ejercer con conocimiento y conciencia, la decisión final sobre qué y cómo comemos es de los ciudadanos. Lo ideal sería que en cada familia se cuente con una estrategia de alimentación, activación física, y prevención de otros temas de salud pública como el tabaquismo y el alcoholismo.
El Estado tienen la obligación de garantizar los derechos a la alimentación y a la salud y hacer prevalecer el interés público, en esta lógica, creo que debemos seguir trabajando ya que la salud es el bien más preciado que tenemos para disfrutar de una vida plena.
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