La volatilidad del peso mexicano frente al dólar ha sido notable debido a las recientes elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde la divisa alcanzó momentos de debilidad significativa, tocando los 20.77 por dólar, influenciada por el “efecto Trump”. A lo largo de la semana, el peso logró estabilizarse temporalmente, llegando a cotizar a 19.8670 unidades por dólar, gracias a datos de inflación en México que indicaron una moderación en el índice subyacente.
La apreciación del peso también fue impulsada por la decisión de la Reserva Federal de recortar las tasas de interés en 25 puntos base. Sin embargo, el viernes, el peso volvió a depreciarse, cerrando la semana en 20.1948, después de fluctuar entre 20.0640 y 20.2800. Esto representó una pérdida semanal de 32.78 centavos, o un 1.65%.
La incertidumbre por el futuro económico, especialmente en lo que respecta a las políticas comerciales de la nueva administración de Trump, sigue siendo un factor clave que afecta la confianza de los inversionistas. Las amenazas de imponerse aranceles a las importaciones automotrices desde México, particularmente aquellos relacionados con fabricantes chinos, aumentan la ansiedad en los mercados. Sin embargo, voces como la de Robert Lighthizer buscan moderar estas preocupaciones, lo que podría influir en la evolución del tipo de cambio en el corto plazo.