Andrés Manuel López Obrador, en su último día de gobierno, se dirigió a Claudia Sheinbaum, reconociendo que su administración deja muchos pendientes y un significativo "atraso" en la lucha contra la corrupción. Afirmó que, debido a décadas de prácticas corruptas y de injusticias, no fue posible erradicar completamente la corrupción en su sexenio, y que es un desafío que deberá continuar la nueva presidenta.
Uno de los principales problemas que señala López Obrador es el bajo crecimiento económico durante su gestión, que apenas rozó el 1%, el segundo más bajo desde el mandato de Miguel de la Madrid. Este crecimiento es notablemente inferior al de sus predecesores, con cifras más cercanas al 2% en los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, mientras que Ernesto Zedillo alcanzó un 3.5%.
En cuanto a los logros de su gobierno, López Obrador se enfocó en el aumento del salario mínimo y en la disminución del desempleo, aunque no proporcionó detalles sobre el crecimiento de la economía informal ni sobre su impacto. La inversión pública se centró principalmente en grandes obras de infraestructura, como el Tren Maya y la Refinería Olmeca, que superaron en más del doble sus costos proyectados inicialmente. En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2024, se contemplan 222 mil 668 millones de pesos para proyectos prioritarios del Ejecutivo, lo que equivale al 2.5% del presupuesto total.
El tema de la seguridad también es de relevancia, ya que López Obrador deja un acumulado de 193 mil 612 víctimas de homicidios dolosos, una cifra significativamente más alta que la de gobiernos anteriores, lo que representa un desafío en el ámbito de la seguridad pública para la nueva administración.