El trágico caso ocurrido en Mineral de la Reforma, Hidalgo, resalta la violencia de género y la grave problemática de protección a las víctimas en situaciones de riesgo. Marco Antonio N., un exagente de la policía municipal, es sospechoso de haber asesinado a su expareja y a tres miembros de su familia, utilizando un arma punzocortante. La víctima había denunciado a Marco Antonio N. por violencia y había solicitado protección a las autoridades, indicándole como un individuo agresivo y peligroso.
Los hechos sucedieron en Azoyatla, una área conurbada a Pachuca, donde la familia fue atacada en la mañana del 5 de febrero. Al llegar las autoridades, encontraron a tres personas sin vida, mientras que dos más resultaron gravemente heridas y posteriormente fallecieron en el hospital. Marco Antonio, quien se dio a la fuga en una camioneta, fue detenido más tarde, también con heridas de arma blanca, lo que obliga a investigar si estas fueron autoinfligidas.
El caso ha llevado a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo a abrir dos investigaciones: una por el feminicidio de la expareja y otra por los homicidios de los otros dos familiares, evidenciando la necesidad urgente de mejorar la respuesta de las autoridades ante las denuncias de violencia de género. La familia había expresado temores sobre posibles represalias del exagente, lo que pone de relieve la insuficiencia de las medidas de protección disponibles para las víctimas en situaciones de violencia doméstica.