La situación educativa en México ha sido objeto de análisis y críticas, especialmente bajo el nuevo modelo pedagógico conocido como la Nueva Escuela Mexicana. Según el secretario de Educación Pública, Mario Delgado, el diagnóstico del aprendizaje de los estudiantes de nivel básico aún necesita tiempo, dado que no se está utilizando la evaluación estándar tradicional.
En este modelo educativo, se busca observar el aprendizaje a través de un enfoque más personalizado, lo que implica que los maestros deberán desarrollar plenamente el nuevo método para poder medir su impacto en el aprendizaje de los alumnos. Este enfoque también incluye la enseñanza de materias relacionadas con valores cívicos y una sección enfocada en la vida saludable.
Sin embargo, hay preocupaciones respecto a la crisis educativa del país, donde se destacan problemas significativos como la deficiente comprensión lectora, las habilidades matemáticas básicas insuficientes, y una alarmante deserción escolar, especialmente en el nivel de bachillerato. Las condiciones infraestructurales en muchas escuelas públicas también son críticas, con falta de servicios básicos.
A pesar de los retos, se planea continuar participando en evaluaciones internacionales como PISA, con el fin de monitorear y comparar el progreso educativo. La implementación de la Nueva Escuela Mexicana y su enfoque en la evolución individual del estudiante será crucial para abordar estos desafíos en el sistema educativo mexicano.