El problema del robo de pipas de gas licuado de petróleo (LP) en la zona oriente del Estado de México ha generado una crisis significativa, afectando tanto la seguridad pública como la economía formal. Los municipios de Chimalhuacán, Los Reyes La Paz, San Vicente Chicoloapan, Ixtapaluca, Chalco y Ecatepec están enfrentando la proliferación de "gaseras clandestinas" operadas por varios grupos criminales, quienes no solo venden el gas a precios inferiores a los regulados, sino que también exponen a la población a riesgos graves por la falta de medidas de seguridad.
Los alcaldes de estos municipios, todos de filiación morenista, han formado un frente para abordar esta situación tras reuniones con la Fiscalía General de la República (FGR). A pesar de los esfuerzos locales, como el cierre de gaseras clandestinas, la problemática persiste y se agrava debido a la corrupción y la violencia ejercida por los grupos criminales.
Fernando Avendaño, un administrador de una estación de gas legal, destaca que la falta de control y las amenazas que enfrentan quienes intentan regularizar el sector son preocupantes, ya que el aumento de gaseras ilegales pone en peligro no solo a empresas legítimas, sino también a la comunidad en general debido a la posibilidad de explosiones.
El informe de la FGR señala que existen al menos diez organizaciones criminales operando en la región, que no solo se dedican al robo de gas, sino también a actividades como el narcotráfico y la extorsión. Además, se menciona la corrupción dentro de las instituciones encargadas de regular este sector, lo que complica aún más la situación.
En resumen, la situación en estos municipios del Estado de México subraya la necesidad de una acción coordinada entre las autoridades locales y federales para combatir de manera efectiva el crimen organizado y proteger tanto la economía formal como la seguridad de la ciudadanía.