La exalcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, fue objeto de protestas y reclamos por parte de ciudadanos en la plaza de la ciudad, tras el asesinato del actual alcalde Alejandro Moreno Arcos. Al acudir a la ofrenda colocada en memoria del extinto alcalde, fue recibida con gritos de desaprobación, acusándola de haber "entregado el municipio" y de haber "vendido el ayuntamiento". Acompañada de su esposo y un grupo de colaboradores, Hernández Martínez intentó abordar la situación, pero los reclamos continuaron. A pesar de la tensión, recibió apoyo de una figura política local, lo que generó un contraste en el ambiente. En su intervención, pidió seguridad para los habitantes de Chilpancingo y se refirió a los reclamos como provenientes de un “grupo” que se siente agraviado por las circunstancias actuales.