Las tormentas solares recientes han llevado a la aparición de auroras boreales en lugares inusuales, llenando los cielos con colores vibrantes. Actualmente, el Sol está en la fase máxima de su ciclo de 11 años, lo que resulta en un aumento de la actividad solar y, en consecuencia, más auroras. Se espera que esta fase de actividad continúe al menos un año más.
Gracias a esta actividad solar, se han observado auroras más al sur de lo normal, lo que ha sorprendido a muchos. Los meteorólogos espaciales, como Kelly Korreck de la NASA, han indicado que se pueden esperar más exhibiciones espectaculares en los próximos meses.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas tormentas solares también pueden causar efectos adversos, como interrupciones en el suministro eléctrico y en las comunicaciones. La NOAA proporciona alertas a los operadores de infraestructura crítica antes de que ocurran erupciones solares significativas. En mayo, se emitió una advertencia inusual de tormenta geomagnética severa, la cual fue causada por una de las mayores erupciones solares en dos décadas. Aunque esta erupción afectó a la Tierra, su dirección no representó un peligro directo en ese momento.
En resumen, los cielos de muchas regiones estarán más iluminados por auroras debido a la intensa actividad solar que se espera en el futuro cercano.