La situación en Tabasco se ha vuelto tensa, especialmente con la confrontación entre el líder del Senado, Adán Augusto López Hernández, y otros miembros de su propio partido, Morena, así como con políticos de oposición. Las hostilidades han surgido en medio de un contexto de violencia atribuido al grupo delictivo La Barredora, con acusaciones que caen sobre la administración anterior.
Adán Augusto, que ha tenido una carrera política destacada como exsecretario de Gobernación y exgobernador de Tabasco, se ve en medio de un enfrentamiento interno con figuras como Javier May Rodríguez, actual gobernador, y José Ramiro López Obrador, secretario de Gobierno y hermano del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Estas divisiones son reflejo de una rivalidad que se remonta a sus días en el PRD, donde ya se evidenciaban tensiones.
Las diferencias alcanzaron un nuevo nivel cuando May acusó a Adán Augusto de tener un pacto con el crimen organizado, lo que provocó una respuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien defendió al senador y negó la veracidad de tales acusaciones.
Este conflicto no solo afecta a los involucrados, sino que también tiene implicaciones para Morena y su estructura política en Tabasco, poniendo de relieve la fractura entre distintos grupos que, aunque comparten la misma plataforma, han desarrollado agendas y lealtades divergentes.