El artículo aborda el cambio en las estrategias del gobierno de Joe Biden para frenar el tráfico de armas ilegales desde Estados Unidos hacia México. Se menciona que las operativas de las autoridades se trasladaron de tierra a aire, enfocándose más en el centro del país que en la frontera. A pesar del incremento en los decomisos, el enfoque se ha centrado en las armas cortas y ha habido un notable aumento en el ritmo de aseguramientos, con un 76.6% más de armas decomisadas en comparación con el periodo anterior. Sin embargo, este aumento no ha tenido un impacto significativo en la disponibilidad de armas largas para los cárteles mexicanos, que siguen obteniendo un 70% de su armamento del mercado estadounidense. Esto ha sido señalado por la presidente Claudia Sheinbaum, quien menciona las implicaciones de las negociaciones con el gobierno de Trump y los aranceles sobre productos mexicanos.