La violencia contra periodistas en México continúa siendo un tema alarmante, como lo evidencian los recientes asesinatos en este caso. La muerte de Patricia Ramírez González, una reportera destacada en el ámbito del espectáculo, ocurrió en su lugar de trabajo en Colima, solo un día después del asesinato del periodista Mauricio Cruz Solís en Uruapan, Michoacán. Este patrón de agresiones resalta la grave situación que enfrentan los comunicadores en el país.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) ha manifestado su preocupación y está documentando el caso, exigiendo a las autoridades una investigación que sea inmediata y efectiva. Por su parte, la Fiscalía General del Estado ha abierto una carpeta de investigación, aunque no ha hecho énfasis en el vínculo de la víctima con el periodismo en sus comunicados.
Los detalles indican que Patricia fue atacada en su establecimiento, y a pesar de la pronta llegada de la policía, no pudieron salvarla. Este tipo de actos no solo afectan a las víctimas y sus familias, sino que también envían un claro mensaje de intimidación a otros periodistas y a la sociedad en general sobre la peligrosidad de ejercer el periodismo en México. La exigencia de justicia y protección para los comunicadores sigue siendo un tema prioritario.