El aumento de los aranceles impuestos por la administración del entonces presidente Donald Trump a productos importados, especialmente en ropa y calzado, está generando preocupación entre las familias estadounidenses. Según informes de la Asociación Americana de Ropa y Calzado, aproximadamente el 97% de los zapatos y ropa comprados en Estados Unidos son importados, lo que hace que las nuevas tarifas comerciales afecten directamente a los consumidores.
Las fábricas en países como China, Vietnam, Camboya, Bangladesh e Indonesia están enfrentando aranceles significativamente altos, que van desde el 32% hasta el 54%. Esto ha llevado a un incremento en los costos de producción, que probablemente se traduzca en precios más altos para los consumidores. Por ejemplo, unas botas de trabajo que hoy se venden por $77 podrían llegar a costar $115, y las zapatillas de correr fabricadas en Vietnam, que actualmente se venden a $155, podrían aumentar hasta $220.
Los sectores más vulnerables, como las familias de bajos ingresos, serán los más afectados por estos aumentos de precios, ya que un par de zapatos para niños de $26 podría subir a cerca de $41 en la próxima temporada de compras. Esta situación no sólo pone presión sobre el presupuesto familiar, sino que también refleja las repercusiones más amplias de las políticas comerciales en la economía estadounidense.