El incidente ocurrido en la presentación del Plan de Justicia en México resalta las tensiones políticas en el país, especialmente entre simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador y figuras de oposición, como el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro. Durante el evento, Alfaro fue abucheado y llamado "ratero", un reflejo del ambiente polarizado en el que se encuentra la política mexicana.
A pesar de los intentos de Alfaro de calmar a la multitud, fue necesario que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y López Obrador intervinieran para permitir que el gobernador continuara con su discurso. Sheinbaum enfatizó la necesidad de escuchar a todos en una democracia, defendiendo la pluralidad y el respeto a la diversidad de opiniones. López Obrador apoyó esta idea, señalando que el respeto a las opiniones divergentes es fundamental para una democracia saludable.
El gobernador Alfaro, quien representa al partido Movimiento Ciudadano, recordó que en el pasado su partido había mostrado apoyo hacia López Obrador, lo que añade otra capa a la compleja dinámica política en el país. Este episodio es un claro indicativo de las divisiones que persisten en la sociedad mexicana y en su panorama político.