El presidente Andrés Manuel López Obrador defendió la situación económica de México y criticó las advertencias de las agencias calificadoras sobre el impacto financiero de la reforma al Poder Judicial. Durante sus declaraciones, rechazó las opiniones de organismos internacionales y medios de comunicación como el New York Times y el Wall Street Journal, sugiriendo que sus críticas se derivan de una perspectiva de imposición de agendas que históricamente beneficiaron a una élite a expensas del pueblo.
López Obrador argumentó que en el pasado, las estrategias económicas eran dictadas por estas entidades, y que los gobiernos previamente en el poder se habían sometido a sus directrices, lo que él considera que facilitó el "saqueo" de los recursos nacionales. En contraste, afirmó que su administración ha establecido un "programa de desarrollo propio" enfocado en prioridades como la lucha contra la corrupción y la atención a las necesidades del pueblo, un enfoque que, según él, no era considerado por las agencias calificadoras.
Además, mencionó que existen indicadores que muestran que México está teniendo un mejor desempeño económico en comparación con otras naciones, y asoció las críticas a su gobierno con el descontento de ciertos grupos por cambios en la política fiscal que, en su opinión, buscan proteger intereses previamente privilegiados. López Obrador concluyó que su administración está comprometida con una agenda de desarrollo que no prioriza el lucro para unos pocos, sino que se enfoca en el bienestar de la población.