La situación descrita refleja las preocupaciones sobre la seguridad de los migrantes guerrerenses y michoacanos en Estados Unidos, quienes podrían enfrentarse a graves riesgos si son deportados a México. Según el comunicado del Centro Regional de Derechos Humanos, José María Morelos, el problema del desplazamiento forzado interno y la falta de un marco legal adecuado en México son clave en esta crisis.
La directora del Centro Morelos, Teodomira Rosales Sierra, enfatiza que muchos migrantes están atemorizados por las políticas implementadas por la administración del presidente Donald Trump, que incluyen redadas contra migrantes y la eliminación del derecho al asilo. Estas acciones agravan la situación de quienes han huido de la violencia en sus comunidades y se han visto obligados a buscar refugio en Estados Unidos.
El temor a ser deportados y posteriormente asesinados al retornar a sus lugares de origen es una realidad que afecta a cientos de familias. A medida que las condiciones de seguridad en Guerrero y Michoacán persisten como un problema grave, la falta de respuestas adecuadas por parte del Estado mexicano genera un panorama alarmante para aquellos que buscan una segunda oportunidad lejos de la violencia.