La situación de salud en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Ciudad Obregón, Sonora, es preocupante, especialmente tras la identificación de un interno enfermo de tuberculosis y la posibilidad de contagio a otros reos. La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) ha emitido medidas cautelares para mitigar el riesgo de propagación, destacando el grave problema de hacinamiento en las instalaciones, que alberga más del doble de su capacidad.
Actualmente, el Cereso tiene una sobrepoblación del 104.95%, con 1,865 internos frente a una capacidad de 910, lo que agrava la situación sanitaria. La tuberculosis, una enfermedad altamente contagiosa, se propaga mediante el aire, lo que la vuelve especialmente peligrosa en entornos con condiciones de hacinamiento como este.
A nivel estatal, la problemática se repite en las 13 penitenciarías de Sonora, donde hay un total de 11,637 internos, superando ampliamente la capacidad de 7,988. Esto convierte a Sonora en uno de los estados con mayor sobrepoblación carcelaria en el país.
La preocupación por la salud pública se intensifica en el contexto global, donde la tuberculosis está emergiendo nuevamente como la principal causa de muerte relacionada con agentes infecciosos, superando al COVID-19 después de varios años. Las autoridades y organismos de salud pública deben actuar con urgencia para abordar tanto la crisis de hacinamiento como el brote de tuberculosis para garantizar la salud de los internos y de la comunidad en general.