El panorama fiscal de México se encuentra en una situación complicada, especialmente ante el aumento de la deuda pública, que se sitúa en el 50% del Producto Interno Bruto (PIB). Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), si el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum tiene la intención de mantener el gasto social, podría necesitar recurrir a un "endeudamiento prolongado".
José Manuel Salazar, el secretario ejecutivo de la Cepal, subrayó que una opción para el gobierno mexicano sería reconsiderar su estrategia fiscal, lo que implicaría diversificar y ampliar las fuentes de ingresos. A pesar de que Sheinbaum ha manifestado que no es necesaria una reforma fiscal para sostener el gasto público, especialmente en programas sociales como pensiones para adultos mayores y subsidios para jóvenes y personas con discapacidades, el desafío permanece.
El gasto social en México representa el 13% del PIB, superando en 1.5 puntos porcentuales el promedio de la región, y cerca de 30 millones de mexicanos se benefician de estos programas, lo que ha sido crucial para la reducción de la pobreza, que actualmente se estima en un 28.6%. Alberto Arenas, director del área de desarrollo social de la Cepal, destacó que las políticas salariales, que han permitido aumentos en el salario mínimo por encima de la inflación, junto con los subsidios sociales, han contribuido a una notable disminución de la pobreza desde la pandemia de COVID-19. De 2020, cuando la pobreza alcanzó el 37.4%, este indicador ha disminuido en 8.8 puntos porcentuales. Arenas concluyó que la reducción de la pobreza podría continuar si se mantienen elevados los ingresos laborales y las transferencias sociales a los hogares.